meritocracia

El tirano juego del dar y del recibir. Es darle pan a quien hambre no siempre sufre. Y maquiavélicamente nos acomodamos en un juego de ajedrez más trunco, donde todos reciben. Yo, peón comido, espero.

Y el espejo que me habla. No sos. No sos suficiente. Para vos no habrá nada porque eso te merecés. No habrán bonitas memorias de infancia. No habrán zaguanes prohibidos. No habrán Edipos coronados. No habrán amores fáciles ni viajes al Caribe. No habrán palabras dulces que te describan ni cartas de amor abajo de la almohada.

No habrá nada, porque por mucho que intente, ni la suerte ni el delirio, ni la certeza de lo que soy, trepa alguna vez a mi ventana de damicela en peligro.