Alguna vez voy a contar la famosa historia de como conseguí este pullover. Van a conocer la delirante anécdota de como amanecí en la casa de un viejo amor de mi vida cuyo viejo amor de su vida tenía un viejo amor de la vida que le prestó su pullover la noche en que nevó en Buenos Aires, y ella no tenía más para ponerse que su corpiño. Yo era muy chica en ese entonces, pero ellos habían prometido casarse cuando yo cumpliera 16. Se casaron a mis 13 porque el pullover se agrandó cuando a ella le creció la panza. Se separaron después de tres hijos y dos abortos, y el viejo amor de su vida se murió. Así que se enamoró del mío, pero ya era vieja para enamorarse, así que un día se olvidó mi nuevo pullover en la casa de mi viejo amor.

Es una historia de amor interesante que me pasó con un pullover que no era mío.